Dublín, la sangre y la memoria


Dublín es una ciudad hermosa, con viejos castillos, iglesias majestuosas y por doquier, pubs llenos de gente e irlandeses borrachines y muy simpáticos. Uno espera que en alguna esquina aparezca un duendecillo o que al final del arco iris sea real aquello del caldero repleto de oro. Aunque su verdadero tesoro son los pubs y sus cervezas verdadero centro de la vida social y alimento espiritual de Irlanda.

Uno de los paseos obligados del turismo, y de los más impactantes debo decir, es el de la cárcel de Kilmainhan. Allí no solo se pueden ver las condiciones infrahumanas en que eran mantenidos los detenidos en los siglos XVIII y XIX, sino también interesarse por la historia de Irlanda. Mi conocimiento sobre la historia de Irlanda era nulo y sigue siéndolo. Toda mi idea sobre el surgimiento de la irlanda libre era en base a la extraordinaria pelicula de Ken Loach, El viento que sopla sobre la grama verde.

En los muros de piedra del patio de la prisión fueron ejecutados los lideres de la insurrección independentista de Dublín del 24 al 29 de abril de 1916, aplastada a sangre y fuego por el ejercito británico que bombardeo la ciudad para lograr derrotar a los insurrectos. Primer gran insurrección europea en medio de la guerra antes del estallido de la Revolución Rusa. Los lideres fusilados en la prisión fueron Patrick Pearse, Thomas Clarke, Thomas MacDonagh, Joseph Plunkett, Edward Daly, William Pearse, Michael O’Hanrahan, John MacBride, Éamonn Ceannt, Michael Mallin, Cornelius Colbert, Sean Heuston, Sean MacDermott, James Connolly, Thomas Kent y Roger Casement.

De todos ellos me interesa rescatar la figura de James Connolly, líder socialista de los trabajadores irlandeses y del Ejército Ciudadano Irlandés, que concebía la revolución irlandesa como el paso previo a una república socialista: «La causa obrera es la causa de Irlanda, y la causa de Irlanda es la causa obrera«, escribía. «No se pueden separar. Irlanda busca la libertad. Los obreros buscan que una Irlanda libre sea la única dueña de su propio destino, la propietaria suprema de todas las cosas materiales en y debajo de su suelo«. Los sueños de Connolly fueron abandonados por Éamon de Varela y Michel Collins que en 1921 aceptaron la división de irlanda y derrotaron a los que querían conquistar la independencia del todo el territorio.

Un día antes del paseo a la prisión me detuve frente a un pub en la esquina de Dorset y Gardner, siempre pasaba por aquella esquina camino al hotel donde me hospedaba sin darle importancia, cuando de repente me di cuenta que el mural que adornaba la pared del pub era un retrato de Bobby Sands y los mártires del IRA que el 1 de marzo de 1981 iniciaron una huelga de hambre para ser reconocidos como presos políticos. La muerte de Bobby Sands fue uno de los primeros hechos políticos que recuerdo que impactaran en mi vida consciente cuando tenia once años. En el transcurso de la huelga y como muestra de apoyo de la población, Bobby Sands fue elegido al Parlamento en la circunscripción de Fermanagh-South Tyrone. La huelga de hambre fue un duro enfrentamiento contra Margaret Tatcher quien tenia por plan político destruir al movimiento obrero inglés (lo que lograra con la ayuda de los dirigentes del Labour y el régimen stalinista polaco en la huelga minera del 85-86) y al movimiento de resistencia nacional en Irlanda del Norte. El gobierno conservador se negó a ceder a las demandas de los prisioneros irlandeses y ellos se negaron a ceder frente a Tatcher. Una política impotente y desesperada de la dirección del IRA que llevo a Bobby Sands, el líder de los huelguistas, a morir tras 66 días de huelga de hambre. Lo siguieron en su suerte: Francis Hughes, Raymond McCreesh, Patsy O’Hara, Joe McDonnell, Martin Hurson, Kevin Lynch, Kieran Doherty, Thomas McElwee y Michael Devine.

Dentro del local una serie de fotos republicanas y de los huelguistas hacían la decoración de un lugar lleno de viejos borrachos que quizás pensaban en las causas perdidas frente a la barra. Un cartel me llamo la atención y era una foto compartida de Sands y el Che Guevara, subrayando el Lynch del segundo apellido del Che, y el cartel decía algo así como que la sangre de los dos rebeldes era irlandesa. Frente a ella levante mi cerveza y brinde por la muerte del imperialismo, recordando aquella hermosa frase de Sands de que «nuestra venganza será la risa de nuestros niños«.

Liverpool y las catedrales del dinero


Domingo 9AM. Camino por Mount Pleasent Street cuesta arriba con un cielo gris plomizo, un frio que cala los huesos y una llovizna finita e intermitente. El asfalto mojado, las calles apenas circuladas. Sobre la parte as alta de la calle se levanta la Catedral Metropolitana de Liverpool, sede de la arquidiócesis de la ciudad de la Iglesia Anglicana.

Fundada en 1531 cuando Enrique VIII se erige jefe de la misma, la Iglesia Anglicana representa un cisma del catolicismo que establece por siempre la unidad de la religión y la monarquía, es decir el Estado.

Terminada de construir en 1967, el edificio es una moderna construcción circular de piedra de Portland elevada por sobre el resto de los edificios de la zona. El edificio está sostenido por 16 pilares con una cupula con pináculos en cruz vértice. En la puerta principal una estructura sustituye al clásico campanario con cuatro campanas de menor a mayor, en cuatro huecos con forma de rectángulo. Millonaria su construcción hay que decir.

Para acceder a la Catedral es necesario ascender una enorme escalera para acceder a la nave central circular, donde el pultipto se encuentra al centro y las butacas estan ordenadamente colocadas alrededor del mismo. Cada tanto una capilla donde distintas obras representan ideas base del cristianismo. Llama la atención en particular una, que simboliza la unidad, donde una estatua reproduce a un soldado alemán y otro británico de la Primera Guerra Mundial dándose la mano frente a una pelota de fútbol. Quizás hayan olvidado los anglicanos el Tratado de Versalles que humillo a la derrotada Alemania y dio a Hitler el argumento para el rearme.

A pesar de ser domingo de Pascuas, poca gente, toda muy bien vestida, esta en la misma al finalizar el sermón. El sacerdote es un tipo joven de cara colorada y nariz mas colorada aun como suele uno pensar a los borrachos. El hombre estrecha la mano de personas negras, inmigrantes hindúes y paquistaníes muy bien vestidos y algunos ancianos blancos.

Olvide decir que la Catedral se encuentra junto a la majestuosa Universidad de Liverpool, muy por encima de ella en altura. Construida en 1881 en una impresionante construcción victoriana de ladrillo rojo, incorporándose distintos pabellones modernos, entre ellos el John Lennon de arte moderno.

Walter Benjamin sostenía que la verdadera religión del capitalismo es el dinero. Por eso a la nave semi-vacía de la catedral se le contraponían las multitudes arrojadas sobre Harrods y Jonhn Lewis, verdaderos templos del consumo, como fanáticos feligreses del capital. Ahí si se puede observar la predominancia blanca de una ciudad mayoritariamente blanca. El Templo de Dios en las alturas reina sobre el Templo del pensamiento y por encima de ellos y dirigiéndolos a ambos, los Templos del dinero.

En sus representaciones místicas e ideológica, lo simbólico es que la fuerza material del capital es la que rige en la sociedad y el Estado modernos. El capital reina tanto en la tierra como en los cielos.