París es una fiesta de lectura de izquierda (Eduardo Febbro. P 12)


En noviembre de 1969, el militante comunista brasileño Carlos Marighela fue asesinado por la policía en una emboscada. Marighela dejó una obra de basta influencia: el Manual de Guerrilla Urbana. Ese texto teorizaba la lucha armada en un medio ambiente urbano en contra de las teorías del Che Guevara y de Regis Debray, según los cuales el “foco” revolucionario se desplegaba en los medios rurales. El manual de Marighela es un libro de culto de la izquierda radical francesa y se puede adquirir libremente en alguno de los numerosos circuitos de distribución en que se apoya la ultraizquierda. La presencia en las librerías francesas del Manual de Guerrilla Urbana testimonia el renovado vigor editorial que conoce en Francia la difusión de las ideas de la extrema izquierda. Los opúsculos revolucionarios, los panfletos, los alegatos subversivos dejaron las sombras de la circulación confidencial para ocupar, de forma masiva y exitosa, los mejores estantes de las librerías de París. Aunque no se lo pueda calificar de ultraizquierda, el libro del humanista francés Stéphane Hessel, Indígnense, publicado por una pequeña editorial de la provincia, vendió en Francia millones de ejemplares con su discurso de confrontación con el sistema. De hecho, las causas del pueblo, las impugnaciones virulentas del sistema, los misiles acervos contra el liberalismo, los discursos de ruptura completa y los mensajes anarquistas tienen las velas desplegadas en la edición francesa. Cada año aparecen nuevas estructuras editoriales que amplifican la difusión de ideas que plantean una ruptura radical con los endulzados mensajes elaborados por los medios de difusión oficiales. El político Jean Luc Melanchon, representante del ala más radical de la izquierda francesa, provocó nauseas en los corredores del oficialismo mediático cuando apareció su libro Que se vayan todos. Las críticas recibidas por esta virulenta diatriba contra los banqueros, los responsables políticos y todos los ladrones patentados del mecanismo mundial fueron poco menos que con insultos. El público, en cambio, hizo de Que se vayan todos el libro político más vendido, con más de 60 mil ejemplares comprados y una reciente edición de bolsillo. La tradición libertaria francesa está de moda: opúsculos cortos –el libro de Stéphane Hessel consta de 32 páginas–, panfletos, redición de textos revolucionarios, análisis económicos breves y sin concesiones frente al escalofriante asalto mundial en que se ha convertido el liberalismo, todo lo que atañe a la edición de la ultraizquierda ganó un espacio de legitimidad editorial impensable hace unos diez años. La forma de la edición y el precio bajo de los libros contribuyen en mucho a la difusión de las ideas revolucionarias. Se trata de amplificar la expansión de las ideas contestatarias a través de libros cuyo contenido sea un poco más extenso que el artículo de un diario o de una revista y también mucho más preciso. El éxito prueba que la fórmula encontró un público mucho más amplio que la clientela propia de la extrema izquierda. No sólo han surgido un montón de editoriales pequeñas especializadas en esa corriente, sino también librerías. Una de las más más conocidas, situada en el distracto 11 de París, se llama Quilombo Público. Allí sólo se encuentran “libros sobre las luchas sociales, el movimiento revolucionario, el anarquismo, el antifascismo, el feminismo. Libros publicados por editores comprometidos y privilegiados”. Los títulos que se encuentran en los estantes no necesitan explicaciones: Mate a su patrón, Curso de Defensa en Economía, Abajo la guerra, abajo el gobierno, Abecedario del compromiso, El Estado desmantelado, Las deudas ilegítimas, Palabras anti nucleares, Anarquía y Sociedad, Palabras de irreductibles, Guerra contra el Estado, Agujeros en el capital. Hoy se pueden conseguir en París textos de figuras históricas de las revoluciones latinoamericanas que a veces ni siquiera se consiguen en español. Un buen ejemplo de esto es el libro del mexicano Ricardo Flores Magón, Discurso de un agitador. Magón –1873-1922– fue uno de los principales teóricos de la Revolución Mexicana. Sus textos están empapados en un anarquismo a la vez radical y poético y fueron publicados en Francia por la editorial Libertalia, la misma que sacó el libro del militante comunista brasileño Carlos Marighela. A la par de las librerías, las editoriales ultra se fueron multiplicando bajo la influencia de la editorial creada por el sociólogo Pierre Bourdieu al final de los años ’90, Raisons d’Agir. Hoy hay una treintena de editoriales anarco izquierdosas y todas conocen el mismo éxito. Records de ventas, ocupación de columnas en la prensa “burguesa”. En cifras concretas, las diferencias entre las editoriales de la izquierda radical y las otras son considerables. Sin embargo, ello no le saca ningún mérito al renacimiento de un sector que antes vivía confinado. En el curso de 2010 se vendieron 250 millones de libros “radicales” contra 268 millones para las editoriales normalizadas. Aunque las distancias son grandes, los actores de las ediciones radicales reconocen que “en ese sector se ha producido una revolución sorprendente”, según explica Nicolas Norrito, cofundador de la editorial Libertalia. Marc Leymarios, director de ventas de la editorial ultra Les Belles Lettres, reconoce que “fue una muy linda sorpresa, y no exclusivamente desde el punto de vista comercial. Lo que se está expresando es toda la vitalidad del sector y la recepción de la gente. Todo eso es muy positivo”. Las ediciones ultra tienen sus best sellers consagrados, los modernos y los históricos. El filósofo Alain Badiou vendió 50 mil ejemplares de un panfleto contra el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Cada año se venden poco más de 7000 ejemplares del libro Una historia popular de los Estados Unidos, del militante de la desobediencia civil norteamericano Howard Zimm. Estas editoriales tornan también tangibles sus compromisos ideológicos a través de los libros que publican. La editorial anarquista Libertalia vendió 3500 ejemplares del libro Incendio en el centro de retención –allí ponen presos a los inmigrados indocumentados–. Todas las ganancias fueron en beneficio de los “sin papeles”, es decir, los clandestinos. Marx, desde luego, es una de las figuras emblemáticas de este movimiento editorial de ultraizquierda de cuyo seno fueron propulsados autores que hoy son mundialmente famosos: este es el caso de Alain Badiou, Slavoj Zizek o el mismo Noam Chomsky. La violencia de la crisis sensibilizó a quienes, antes, veían en la izquierda radical un club de excitados. No se puede afirmar aún que el pensamiento crítico haya tenido una influencia equivalente a los libros que circulan ahora con sus ideas. Sin embargo, el postulado ultra se ha instalado en el teatro de la discusión de las ideas y ya tiene su propio mercado y sus mecanismos de distribución. El liberalismo, desde luego, sigue en pie. Como lo escribió una vez el crítico y teórico marxista norteamericano Fredric Jameson, la crítica no demuele el sistema. Jameson observa el hecho paradójico, según el cual las temáticas de Hollywood imaginan un abanico impresionante de formas del fin del mundo, pero nunca el fin del capitalismo. A falta de haber precipitado el fin del capitalismo, el pensamiento crítico de la izquierda radical encontró una validez y un eco renovados en el seno de la misma crisis del sistema.

La primavera confronta el invierno (Mike Davis)


Todo gran levantamiento lleva a hacer analogías y que el de 2011 tiene cosas de 1848, 1905, 1968 y 1989 y hay patrones clásicos que se repiten. Sin embargo la pregunta es si es algo que persistirá a no ya que diversas jornadas revolucionarias enseñaron que la primavera es una “estación corta” sobre todo cuando quienes se levantan no tienen estrategia. Estamos en los inicios de un largo camino y hay una nueva generación.

La pregunta es si la crisis económica llevará a una renovación de la izquierda. En un marco más general de colapso del crecimiento de los países del BRIC y estancamiento en Estados Unidos y Europa, plantea los siguientes puntos de debate:

 

1. Pesadillas capitalistas: lo inconcebible ahora puede ser realidad: la destrucción de gran parte de la estructura institucional de la globalización y el socavamiento del orden internacional pos 1989. Hay un temor de que la crisis de la eurozona combinada con una recesión mundial sincronizada pueda llevar a una situación similar al mundo de los’30 con bloques monetarios y comerciales semiautárquicos, con resentimientos nacionalistas. En este escenario dejaría de existir la regulación hegemónica de la moneda y la demanda con Estados Unidos demasiado débil, Europa desorganizada y China con pies de barro muy dependiente de las exportaciones, potencias de segundo orden buscarían armament nuclear. Aunque esto puede parecer poco probable, también lo es una vuelta a los ’90.

 

2. Saigon en Kabul. Las invasiones de Irak y Afganistán pueden ser vistas históricamente como casos de sobreextensión, Estados Unidos está bloqueado en un frente por los talibán apoyados por Pakistán y en el otro por los shiitas apoyados por Irán. Los levantamientos democráticos en Túnez y Egipto obligaron a Obama y a Clinton aplaudir la caída de dos de sus regímenes favoritos. El objetivo de reequilibrara el poder militar norteamericana y reducir los recursos fiscales es rehén de Israel o de amenazas mortales al absolutismo saudita.

 

3. Un 1848 árabe. La revolución política árabe fue una sorpresa histórica comparable a 1848 o 1989. Está rediseñando la geopolítica del Norte de África y del Medio Oriente, dejando a Israel como una avanzada obsoleta de la guerra fría mientras que habilita a Turquía a reclamar una influencia central en lo que antes fue el territorio del imperio Otomano. Como 1848 o 1989 la “megaintifidad” árabe es un levantamiento en cadena contra un sistema autocrático regional. El rol de la Rusia contrarrevolucionaria hoy la juega Arabia Saudita y los reinos del Golfo. Extremando la analogía los palestinos juegan el rol de las causas perdidas como los polacos, y los shiitas son los “outsiders” enfurecidos como fueron los eslovacos y serbios. (el Financial Times instó a Obama a pensar como un “nuevo Metternich”). Es muy útil volver a los escritos de Marx y Engels de 1848, así como a los posteriores escritos de Trotsky para comprender los mecanismos fundamentales de estas revoluciones.

 

4. El partido del pueblo. El islam político está logrando un mandato popular similar al que el ’89 le dio a los partidos liberales (aunque posiblemente no tan prolongado). No podía ser distinto. En el último medios siglo Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita destruyeron la política secular en el mundo árabe, los grandes movimientos políticos panárabes de los ’50 fueron reducidos por la Hermandad Musulmana y sus rivales wahabistas.

La Hermandad Musulmana en su lugar de nacimiento esperó más de 75 años para tomar el poder a pesar de tner un apoyo de masas. Este movimiento con peso en al menos cinco países árabes es una diferencia clave entre 2011 y levantamientos anteriores. En 1848 y 1989 las organizaciones políticas eran embrionarias. En 1848 no había partidos políticos de masas en el sentido moderno por fuera de Estados Unidos. En 1989 el vacío político fue llenado por conservadores alemanes y comisarios de Wall Street.

La Hermandad musulmana ha construido elementos de un estado alternativo incluyendo redes de asistencia para los pobres, a pesar de la imagen temeraria en occidente, ha evolucionado hacia un islamismo de libre mercado representado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo de Turquía.

 

5. ¿El 18 brumario de Egipto?  La votación de los salafistas expresa las turbulencias de la sociedad egipcia. A pesar de no haber participado de la revolución del 25 de enero ahora pueden llegar a ser la organización de cuadros más grande del mundo sunita. La relación de fuerzas entre las dos principales organizaciones islamistas (salafistas y hermandad musulmana) será decidida por el precio del pan y la política del ejército. El modelo turco (que encarna la hermandad musulmana) es tardío porque hay crisis económica y por lo tanto ha perdido atractivo regional. Por el contrario los salafistas vistos como incorruptibles y antipolíticos pueden ser atractivos en una situación de mayor miseria. Algunos elementos del ejército egipcio están viendo hacer una alianza tácita o formal con los salafistas (parecido a Pakistán). Otras circunstancias podrían favorecer este escenarios: la negativa de los militares a entregar el poder, la incapacidad de la hermandad de satisfacer demandas económicas, un posible ataque contra Irán, etc.

Desde Nasser la izquierda egipcia está estudiando el 18 brumario. Sus pequeños grupos y redes en alianza con jóvenes y trabajadores fueron el nervio de la revolución de enero y de la reocupación de la Plaza Tahrir en noviembre. Hay que ver si un gobierno con mayoría islámica permitirá la organización de la izquierda y los sindicatos independientes.

 

6. Colapso mediterráneo. El sur de Europa enfrenta un ajuste estructural similar al de América Latina en los ’80. Con la crisis de Wall Street la UE había visto el peligro en Irlanda, el Báltico y Europa del Este y consideraba que el Mediterráneo estaba protegido. 18 meses después Alemania y Austria le echan la culpa a los que viven del estado de bienestar en Grecia y España. Pero lo que parece más factible es que el éxito de Alemania está arruinando la eurozona con sus bajos costos mexiacanos en el Este, su incomparable ventaja productiva y su fanatismo chino por las exportaciones. Mientras que el Mediterráneo depende de los movimientos cíclicos de la demanda y la tasas de interés de la UE, Alemania, Francia y el Reino Unido y otros países ricos del norte tienen marcados secundarios. Los países deudores ahora deben aceptar el veto franco alemán permanente sobre sus presupuestos y gasto público. la situación parece la de Gran Bretaña en el siglo XIX o las condiciones impuestas a Alemania en Versailles lo que llevó al Tercer Reich.

Por sumisión a Sarkozy-Merkel o salida del eurozona los países del Mediterráneo están condenados a años de miseria y desocupación. Pero las poblaciones no lo aceptarán. Portugal y Grecia, los países que estuvieron más cerca de una revolución social en los ’70, conservan la cultura de izquierda más dura de Europa. En España el gobierno de derecha es un blanco para revivir Izquierda Unida y los movimientos juveniles de protesta más amplios aunque amorfos. Pero la derecha antiinmigrante y antibruselas puede ganar más que la izquierda de un estallido de la eurozona. Como los salafistas en Egipto o el Tea Party en Estados Unidos, los partidos de la nueva derecha europea tiene política de identidad y una serie de chivos expiatorios. Una ambición extraordinaria para la izquierda anticapitalista en Europa occidental sería reocupar el espacio que tuvo el Partido Comunista en los 30 años posteriores a 1945.

 

7. El motor de la revuelta. Las rebeliones en los campus de 1968 en Europa y Estados Unidos se alimentaron de la Ofensiva del Tet en Vietnam, las guerrillas en América Latina, la revolución cultural china y los levantamientos del gueto negro en Estados Unidos. Los indignados ahora se inspiran en los ejemplos de Túnez y El Cairo (los varios millones de hijos y nietos de inmigrantes árabes en el sur de Europa hacen más militante esta conexión).

En 1968, sin embargo, los manifestantes blancos en Europa y Estados Unidos no compartían las condiciones de existencia de sus contrapartes en los países del sur (a excepción de Irlanda del Norte). La mayoría eran universitarios de carreras de clase media. Por el contrario hoy los que protestan en Nueva York, Barcelona y Atenas tienen un futuro mucho peor que sus padres que los acerca a los que protestan en Casablanca o Alejandría. El desempleo juvenil está en niveles récord (entre el 25 y el 50% según la OIT) en la mayoría de los países con protestas juveniles. La restricción al ingreso a la universidad también se ve en Chile, Gran Bretaña y Estados Unidos.

 

 

8. Miseria. La crisis económica combina la deflación de activos populares (casas, etc) con inflación en bienes básicos. “Pan” fue la primera demanda de la protesta de la Plaza Tahrir, y la palabra resuena tan fuerte en la primavera árabe como lo hizo en la Revolución de Octubre. Las razones son simples: los egipcios gastan alrededor del 60% del presupuesto familiar en combustible, harina, aceite y azúcar. En 2008 esos precios se dispararon un 25%. La tasa de pobreza oficial en Egipto trepó al 12%. Si se aplica esto a otros países de “ingreso medio” la inflación borra una parte sustancial de la “clase media emergente” de la que habla el Banco Mundial.

 

9. Esperando el aterrizaje chino. Marx culpaba a California (por el oro y el estímulo económico al mercado mundial) por poner fin de manera prematura al ciclo revolucionario de la década de 1840. En 2008 los países del BRIC jugaron el rol de California. Pero contra los que proclamaban que China, India o Brasil podían sostener el crecimiento, China por ejemplo, expresaba su temor por su dependencia d elas exportaciones, el escaso poder de compra de los hogares y la burbuja inmobiliaria. Ahora se habla de un aterrizaje forzoso en China. Nadie sabe cuánto va a mantenerse pero las víctimas inevitables son América del Sur, Australia, gran parte de África y del sudeste asiático. Y sobre todo Alemania que ahora comercia más con China que con Estados Unidos.

Es casi tautológico decir que en los países del BRIC donde las expectativas populares de progreso económico se elevaron mucho, una vuelta a la miseria será intolerable. Miles de plazas públicas pueden ser ocupadas incluida una llamada Tiananmen.

Los posmarxistas occidentales que viven en países donde el tamaño absoluto o relativo de la los trabajadores manufactureros se ha reducido, repiten si el “proletariado” es obsoleto y nos obligan a pensar en términos de “multitudes”,  espontaneidad horizontal, etc. Pero este no es un debate en la gran sociedad industrial que describe El Capital. 200 millones de obreros de fábrica, mineros y trabajadores de la construcción en China son la clase más peligrosa del planeta. Su despertar puede determinar si es posible un futuro socialista.

El amante de Bakunin


Lupe conoció la historia de Ramón Ayala, también llamado el gallego Ayala o Ayalita, por el manco Ramirez.
Cuenta Ramirez que Ayalita, era un joven anarquista que había llegado de España a Buenos Aires, allá por 1916 en un barco llamado “El provenir”. Ayalita, de 15 años, subió como polizón y fue descubierto en un bote, por un marinero anarquista llamado Bolaño, que se encariño con él y lo protegió y cuido (y en aquel bote por las noches uso el cuerpo de Ayalita para saciar sus deseos sexuales y susurro en sus oídos palabras de amor. Para Ayalita fue todo un descubrimiento. Con Bolaño conoció la intensidad de la pasión sexual y también a Bakunin , Kropotkin, Reclus, Proudhon y Malatesta. Compartía con Bolaño noches de lectura luego del sexo.
Dice Ramirez que decía Ayalita que con el anarquismo adquirió el virus de la mariconeria, del terrorismo y de la sifilis.
Llegado a Buenos Aires, Bolaño contacto a Ayalita con sus camaradas de la FORA y estos le facilitaron las cosas para conseguir empleo como estibador en el puerto de la Boca. Allí, en el local de la Federación, conoció a Serguei Ojarin, un camarada ruso de intensos ojos azules y una brutalidad terrible. Ayalita cayó fulminado ante la mirada del ruso y en una noche de borrachera de Serguei se acostó en su cama, mamó su verga y se entrego a él como una ardiente princesa rusa.
Una noche el ruso de duras facciones le dijo al gallego mientras lo montaba

-te amo.

Y Ayalita se deshizo ya que jamás hubiera esperado de aquel hombre un gesto tierno o una palabra dulce. Esa noche durmio apoyando suavemente su cabeza sobre el poderoso y lampiño pecho desnudo del ruso Ojarin.
Un día de enero de 1919 Serguei arranco a Ayalita de la pensión y lo llevo hasta los talleres Vasena donde se balearon con los esquiroles y la policía en un principio y después rodearon las comisarias y la Plaza de Mayo hasta que vino el Ejercito a restaurar el orden. Después de aquellas jornadas donde muchos obreros y camaradas habían caído Serguei juro venganza y Ayalita se conjuro a acompañarlo. Según le cuenta Ramirez a Lupe, fue en esa ocasión que Sergueí contó a su amante y camarada, Ayalita, la historia de Mijail Bakunin y Sergueí Netchaev, además de obsequiarle una traducción de una carta de Mijail Bakunin a su hermano Pablo.

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Carta de Mijail Bakunin a su hermano Pablo:

“París, 29 de marzo de 1845.

…Créeme, amigo, la vida es bella; ahora tengo pleno derecho a decir eso, porque he cesado hace mucho de mirarla a través de las construcciones teóricas y a no conocerla más que en la fantasía, porque he experimentado efectivamente muchas de sus amarguras, he sufrido mucho y he caído a menudo en la desesperación. Yo amo, Pablo, amo apasionadamente: no sé si puedo ser amado como yo quisiera serlo, pero no desespero, -sé al menos que se tiene mucha simpatía hacia mí-; debo y quiero merecer el amor de aquella a quien amo, amándola religiosamente, es decir, activamente -está sometida a la más terrible y a la más infame esclavitud- y debo liberarla combatiendo a sus opresores y encendiendo en su corazón el sentimiento de su propia dignidad, suscitando en ella el amor y la necesidad de la libertad, los instintos de la rebeldía y de la independencia, recordándola a sí misma, al sentimiento de su fuerza y de sus derechos. Amar es querer la libertad, la completa independencia del otro; -el primer acto del verdadero amor es la emancipación completa del objeto que se ama-; no se puede amar verdaderamente más que a un ser perfectamente libre, independiente, no sólo de todos los demás, sino aún y sobre todo de aquel de quien se es amado y a quien se ama. He ahí mi profesión de fe política, social y religiosa, -he ahí el sentido íntimo, no sólo de mis actos y de mis tendencias políticas, sino también, en tanto que puedo, el de mi existencia particular e individual- porque el tiempo en que podrían ser separados esos dos géneros de acción está muy lejos de nosotros; ahora el hombre quiere la libertad en todas las acepciones y en todas las aplicaciones de esa palabra, o bien no la quiere de ningún modo. Querer, al amar, la dependencia de aquel a quien se ama, es amar una cosa y no un ser humano, porque no se distingue el ser humano de la cosa más que por la libertad; y si el amor implicase también la dependencia, sería la cosa más peligrosa y la más infame del mundo, porque sería entonces una fuente inagotable de esclavitud y de embrutecimiento para la humanidad. Todo lo que emancipa a los hombres, todo lo que, al hacerlos volver a sí mismos, suscita en ellos el principio de su vida propia, de su actividad original y realmente independiente, todo lo que les da la fuerza para ser ellos mismos es verdad; todo el resto es falso, liberticida, absurdo. Emancipar al hombre, he ahí la única influencia legítima y bienhechora. Abajo todos los dogmas religiosos y filosóficos -no son más que mentiras-; la verdad no es una tontería, sino un hecho, la vida misma es la comunidad de hombres libres e independientes, es la santa unidad del amor que brota de las profundidades misteriosas e infinitas de la libertad individual…”

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Lupe , que estaba fumando marihuana frente a la maquina, escribió una interpretación de aquello que le relato el manco Ramirez sobre la historia que el ruso Serguei Ojarin le contó al joven anarquista Ramon Ayala, o Ayalita o el gallego Ayala, sobre Serguei Netchaev y Mijail Bakunin, en un cuarto de pensión que compartían en el barrio de la Boca.

La ultima imagen que recuerdo de él, es parado frente a la ventana por donde se filtra el sol de una cálida primavera. Completamente desnudo, su cuerpo apoyado contra el marco de la ventana abierta, fumando despaciosamente mientras contemplaba la calle perdido en su pensamiento. Acariciaba suavemente su barba.
Recuerdo haber pensado que hermoso es y me sentí ruborizado de ser un hombre atraído por otro hombre. Dos prófugos perseguidos y enfrentados a la sociedad, escondidos en una habitación de la bucólica ciudad de Berna. Rompiendo las ataduras de la moral y las reglas del amor concebida para hombres y mujeres y que contempla este amor entre hombres como un acto enfermo y anormal, perverso. Aun así lo juzgarían nuestros propios compañeros. (En este punto Lupe se pregunto si esta frase no rozaba la sensiblería y el tono panfletario y si por ello no quedaba confuso o perdido en la huella del rastro histórico el sentido del relato. Lupe, fumo despacio la marihuana y contemplo la pantalla por unos minutos y decidió dejar la frase y quizás citar aquello de Joyce del huir de la historia pero estaba demasiado fumado para lograrlo).
De repente rompió el silencio.
– ¿Pensaste en nuestra suerte? ¿En que nos depara la lucha cuando salgamos de esta habitación? ¿Pensaste que este puede ser el único lugar y el ultimo momento donde disfrutarnos mutuamente sin las convenciones y la distancia del disimulo?
Me di cuenta de que algo le preocupaba y le pregunte por ello.
-Solo me pregunto si vale la pena sacrificar todo quienes aceptan su yugo sin hacer nada por conquistar su propia libertad. Se desgañitan en busca de un trozo de pan o del reconocimiento de sus amos y no son capaces de rebelarse más que bajo el influjo de las bombas, que aun no están dispuestos a hacer estallar. ¿Estamos llamados a ser mártires para quienes no quieren terminar con su esclavitud?
-Nadie desea su propia esclavitud, es el temor quien los somete. Nuestra tarea es destruir aquello que permite la tiranía, solo así los hombres se sentirán libres para conquistar lo que sea. Tenemos que encender en ellos la pasión por la destrucción. Esa es la única obra constructiva.
Pero mientras hablaba notaba en el sus rasgos duros y bellos ganados por un aire de desencanto.
-Si pero si no hay voluntad de lucha ¿que nos depara el futuro? ¿la perpetuación de la derrota? ¿Nuestro propio sacrificio?, me interrumpió brusca e indignadamente.
Aquel gesto que me conmovía y, permítanme que vuelva a ruborizarme por este sentimiento, me excitaba. Sentía un enorme cariño y admiración por aquel hombre que clamaba su queja por el apagado espíritu de la revuelta.
-Organizar la pasión. Querido Serguei. Y en ese momento, vencí mi propia vergüenza ante este amor oculto y prohibido que me llevaba a actuar con prudencia, decidí dejar de lado toda forma de temor en este trato, me incorpore hasta donde estaba parado y lo bese. Se sorprendió ante aquel acto, primero corrió su boca, esquivando la mía. Me senti temblequeando frente a aquel gesto terrible de sorpresa y disgusto. Pero enseguida se entrego a aquel beso con una dulzura desconocida para mí entre dos hombres cuyas espaldas cargan la responsabilidad de hacer arder la llama de la rebelión entre sus pares. Nuestros cuerpos se confundieran el uno con el otro. Nos tiramos en la cama mientras buscábamos nuestro sexo. Yo me acerque hasta su miembro duro y lo empecé a lamer. El me aparto y me acostó para penetrarme con violencia hasta acabar en mí. Y pensé tigre mío, soy tuyo como no seria de nadie en este mundo.

En busca de la venganza el ruso Ojarin se contacto con un compatriota suyo, Boris Waldimirovitch.
(Lupe trae a colación un viejo cuento sobre el camarada ruso de Ojarin:
Borís Wladimirovich se emborrachaba todas las noches en tugurios perdidos de la Buenos Aires de la segunda década del siglo XX. Un cochero amigo, el anarquista Luis Chelli, lo llevaba siempre en un estado de inconsciencia a su reducto, una triste pensión de inmigrantes en la calle Corrientes 1970. Borís tragaba vodka y ginebra y caña como buen ruso. Ahogaba así su tragedia, la muerte de su amor y el fracaso de la revolución rusa de 1905. Borís era medico y biólogo, pero sobre todo un noble, el príncipe Borís Wladimirovich -igual que su camarada el príncipe Kropotkin- y muy rico, pero renuncio a su abolengo y dio su fortuna al movimiento anarquista al cual pertenecía. Borís sobrevivía pintando cuadros que vendía y con ese dinero se embriagaba hasta que Chelli lo transportaba de regreso a su habitación cantando canciones revolucionarias rusas, recitando poemas para un amor perdido. Borís era un expropiador y quería editar un periódico en apoyo a la revolución bolchevique. Fue por el asalto frustrado a una casa de cambio que debió huir y más tarde fue capturado en Misiones donde desde el gobernador hasta los Ministros de la Nación querían charlar y fotografiarse con su presa, el príncipe anarquista -que como Kropotkin- renuncio a su fortuna y su abolengo para ponerse al servicio de la revolución, ser un hijo del pueblo, como reza el himno de los ácratas.
el príncipe valiente flamea
una bandera roja
una bandera negra
un amor plebeyo
un corazón herido
una bomba para hacer
saltar por los aires
la sociedad burguesa.
el príncipe valiente
vomita bilis y venganza
en sus noches de borracho
y prisionero).
Boris Wladimirovitch le entrega luego de una larga noche de borrachera los contactos necesarios para hacerse con una bomba para empezar su venganza. Esa noche el ruso Ojarin completamente borracho regresa a la pensión con una mujer joven a la que invito unos tragos y tuvieron sexo frente a Ayalita que rompe en llanto fy el ruso lo hace callar de dos cachetazos. Sin que en este punto Ramirez pudiera dar más precisiones a Lupe sobre lo que sentía Ayalita y como derivo la situación de violencia en el cuarto de pensión.

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Ramirez, recuerda Lupe, continuaba su relato, mientras bebía pequeños sorbos de cerveza y la espuma se quedaba en su bigote amarillento por el tabaco.

-Mi nombre es Serguei Nechaev. Hace casi 10 años que me encuentro encerrado en esta oscura prisión, la fortaleza de Pedro y Pablo en la ciudad de San Petersburgo. Estos fríos bloques de piedra en donde descansan mis huesos y mi cuerpo enfermo, es el gran monumento que la tiranía erigió para atemorizar al pueblo. ¿Cómo llegue hasta aquí? Fui capturado en Zurich en 1872, por un agente polaco de la policía zarista que logro engañarme a mi. Justo a mi que hice de la conspiración la máxima obra de todo revolucionario.
Los jueces y tribunales del estado imperial me dieron trato de criminal ¿Por qué? Por haber querido terminar con el zar y su monstruoso estado de nobles y parásitos engordados con el sacrificio de los mujik y los ciudadanos. Por haber predicado que la libertad había que conquistarla mediante la conspiración revolucionaria y el terrorismo. Pues si esto es un crimen, me asumo como criminal y bien merecido tengo mi castigo y me enorgullezco del mismo. Seré un mártir para la causa del pueblo.
Aquí me encuentro enfermo entre estos muros húmedos. Mis encías sangran y los hematomas se multiplican por mi cuerpo. Los músculos de piernas y brazos se hallan endurecidos. Antes que los verdugos me esta matando el escorbuto. Me encuentro cerca del final. Mis antiguos camaradas de la Narodnaya Rasprava han ido cayendo, por lo que estoy solo. Tenemos el orgullo de haber encarnado la Venganza del Pueblo, de haber encendido la tea de la libertad para el siervo y el mujik. Los nobles rusos que dilapidan sus fortunas en fastuosas fiestas e innecesarios lujos por los palacios de la vieja Europa, supieron temernos. Sembramos contra s el terror contra los amos de la Santa Rusia, los acosamos con la pólvora y la dinamita como instrumentos purificadores. Fuimos los herederos del gran Pugachev que asolaba con su ejército de campesinos harapientos el reinado de Catalina. Pero el pueblo sigue su vida esclava temerosos de la horca y el látigo de los soldados que mantienen el orden.
Pero ¿a quien le puede importar este relato de un hombre condenado hablando a su propia sombra entre las cuatro paredes frías de mi celda?. Y me respondo, a mi me importa, porque solo así puedo entender y explicar las razones de mi lucha y esta situación de condenado que marca mi existencia. Que se me entienda. No pido perdón, ni busco expiar mi alma ante algún Dios inexistente. Si lo tuviera frente a mi lo mataría con mis propias manos por todo el daño que ha hecho a los hombres su figura celestial. No pido piedad, no soy como esas criaturas hambrientas y miserables obligadas a rezar en las iglesias y catedrales que se pagan con su sudor y su sangre. Soy un revolucionario y predique entre los míos un catecismo distinto al de la religión y el estado. Llame a la ruptura “con el orden público, con el mundo civilizado, con las leyes, con las convenciones sociales y las reglas morales”. Les explique a los míos, hombres decididos, que “El revolucionario es un implacable enemigo de ese mundo y continúa viviendo en él con el único propósito de destruirlo”. Y si para ello recurrí al terror, no me arrepiento. Y si lo aclaro es para que sepan de mi orgullo por esta condena y no por consideración a los antiguos camaradas que me han abandonado tratándome de farsante, fanático, nihilista o policía.
Pero en el secreto de estas cuatro paredes de mi celda donde la locura, las ratas y los carceleros son mi única compañía los recuerdos se suceden uno tras otro y entre ellos se presenta aquella sombra del amor que alguna vez sentí. Yo Serguei Nechaev, el revolucionario y terrorista, que yace en las manos arbitrarias del zarismo, que he escrito que nuestros combatientes debían dejar de lado “Todos los sentimientos tiernos que afeminan, como los lazos paternos, la amistad, el amor, la gratitud, el honor mismo” para sustituirlo “por la fría y única pasión de la causa revolucionaria” a la que dedique mi vida. No pude superar aquel impulso de la naturaleza y la atracción por el sexo.
Yo he amado a un hombre.
Otro igual a quien admire y termine subyugando a punto tal de confundirnos el uno con el otro en cuerpo y alma y de terminar lejos, tan lejos el uno del otro cuando nuestros caminos se separaron para siempre.

Lupe le recordó a Ramirez que en 1919 todavía seguía vigente en argentina la Ley Cané o Ley de residencia, sancionada en 1902 por el honorable Congreso de la Nación Argentina que establecía (Lupe en este punto copia y pega el texto que encontró en Wikipedia):
Artículo 1º: El Poder Ejecutivo podrá ordenar la salida del territorio de la Nación a todo extranjero que haya sido condenado o sea perseguido por los tribunales extranjeros por crímenes o delitos comunes.
Artículo 2º: El Poder Ejecutivo podrá ordenar la salida de todo extranjero cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público.
Artículo 3º: El Poder Ejecutivo podrá impedir la entrada al territorio de la república a todo extranjero cuyos antecedentes autoricen a incluirlo entre aquellos a que se refieren los artículos anteriores.
Artículo 4º: El extranjero contra quien se haya decretado la expulsión, tendrá tres días para salir del país, pudiendo el Poder Ejecutivo, como medida de seguridad pública, ordenar su detención hasta el momento del embarque.
Artículo 5º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Que con esta ley y las balas y sablazos policiales, como las del coronel Ramón Falcón, se buscaba terminar con la chusma roja llegada de Europa con el ideario ácrata y socialista, tal como había llegado Ayalita, de polizón en un buque y culeado por un marinero anarquista que le lleno el culo de leche y la cabeza de ideas.

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Ojarin miraba a los ojos de Ayalita lagrimear emocionado y acariciaba su cabello y le daba besos en la nuca y las mejillas mientras, según cuenta Ramirez, proseguía con su historia, que Lupe escribía fumando un nuevo porro de la siguiente manera.
-Mi nombre es Mijail Bakunin. Para quienes no me conozcan me presento. He sido llamado por muchos como el inspirador del anarquismo y me enorgullezco de ello. He sido llamado inspirador del anarquismo, aunque tome mis ideas de Fichte, Proudhon y Hegel (De este gran filosofo he dicho: ‘recuerdo todavía el tiempo en que, hegeliano fanático, creía llevar el absoluto en mi bolsillo, despreciando al mundo entero desde lo alto de esta pretendida verdad suprema’) y por lo tanto no soy autoridad alguna que se pueda atribuir la propiedad de una idea, como los burgueses se atribuyen la propiedad de lo que producen los obreros, que surge del curso de la historia del hombre y el pensamiento en busca de la más plena libertad. Por eso me he declarado en guerra contra Dios, la patria, la propiedad privada y el estado, todos los males que embrutecen y fomentan la explotación y la esclavitud de los hombres. Soy partidario de la rebelión y la violencia destructiva, porque es allí donde vive la esperanza de la anarquía.
Quizás estas palabras que una vez supe escribir me expliquen mejor: ‘Yo no soy ni un sabio ni un filósofo, ni siquiera un escritor de oficio. He escrito muy poco en mi vida y solamente lo he hecho, por decirlo así, a pelo, cuando una convicción apasionada me forzaba a vencer mi repugnancia instintiva contra toda exhibición de mi propio yo en público. ¿Quién soy yo, pues? (…) Yo soy un buscador apasionado de la verdad y un enemigo, no menos apasionado, de las ficciones desgraciadas con que el partido del orden, ese representante oficial, privilegiado e interesado en todas las torpezas religiosas, metafísicas, políticas, jurídicas, económicas y sociales, presentes y pasadas, pretende servirse, todavía hoy, para dominar y esclavizar al mundo. Yo soy un amante fanático de la libertad, a la que considero como el único medio, en el seno de la cual pueden desarrollarse y agrandarse la inteligencia, la dignidad y la felicidad de los hombres… La libertad que consiste en el pleno desarrollo de todas las potencias materiales, intelectuales y morales que se encuentran latentes en cada uno… Yo entiendo esta libertad como algo que, lejos de ser un límite para la libertad del otro, encuentra, por el contrario, en esa libertad del otro su confirmación y su extensión al infinito; la libertad limitada de cada uno por la libertad de todos, la libertad por la solidaridad, la libertad en la igualdad; la libertad que triunfa de la fuerza bruta y del principio de autoridad, que no fue nunca más que la expresión ideal de esta fuerza…Yo soy partidario convencido de la igualdad económica y social, porque sé que, fuera de esta igualdad, la libertad, la justicia, la dignidad humana, la moralidad y el bienestar de los individuos, así como la prosperidad de las naciones no serán nunca nada más que mentiras’.
Yo Mijail Bakunin, un revolucionario anarquista, que se encuentra viviendo el exilio, en Lucarno, Suiza, sufriendo penurias y pasando estas largas horas dedicadas a escribirme con los camaradas que propagan nuestro ideal ácrata por Europa y el nuevo mundo. Yo tengo un secreto que quiero compartir con aquel que se atreva a superar los prejuicios de este siglo que me ha tocado vivir y no me juzgue con el decálogo moral de una sociedad que niega la libertad y el disfrute de la igualdad. Yo he amado a un hombre.
Me sonrojo de solo pensar que ame así a un hombre decidido y fanático por el que perdí la cabeza. Un amor que me hizo hacer cualquier cosa, comprometiendo incluso la causa revolucionaria y la confianza de muchos camaradas. He llamado a aquel hombre tigre mío y deseado sus caricias y sus besos, mientras discutía como luchar contra el partido del orden. El nombre de mi amado era Serguei Nechaev y rompí dolorosamente con él cuando comprendí que su fanatismo que tanto me había subyugado terminaba por imponer una dictadura personal opuesta a la libertad individual y el programa de la anarquía.
Compartimos nuestra pasión y nuestras ideas durante casi un año. Lo conocí en marzo de 1869 en Ginebra. Nechaev se me presentó como miembro de un comité revolucionario ruso con sede en San Petersburgo. Me asombro desde el principio. Veía en el la decisión y la voluntad de alguien dispuesto a todo por un ideal. Me inspiro su Catecismo del Revolucionario, donde clamaba por “la aparición de un grupo de personas capaces de arrojar atrevidamente una piedra a la cara de la puerca sociedad”.
Enloquecí tanto por él y por su hermosura que, preso de mis propias penurias, convencí a mi buen camarada Ogarev que me diera su parte del dinero de la herencia del viejo Herzen para ayudar a Serguei a organizar su propio grupo, la Narodnaja Rasprava al que dirigía con puño de hierro, algo tan distante a mi idea anarquista.
Terminamos cuando en noviembre de 1869 ajusticio sin prueba fehaciente al camarada Ivanov, acusándolo de agente de la policía. Fue un gran golpe para mí, tuve que optar entre lo que sentía y lo que creía necesario para nuestra lucha. Le escribí “querido amigo, usted no es un materialista como nosotros, pobres pecadores, sino un idealista, un profeta; monje de la Revolución, su héroe no puede ser ni Babeuf ni siquiera Marat, sino cualquier Savonarola. Por su forma de espíritu usted resulta más próximo a [….] los jesuitas que a nosotros. Usted es un fanático. De ahí su fuerza muy grande de carácter pero también su ceguera, y la ceguera es un punto flaco grande y peligroso; la energía ciega tienta y tropieza; y cuanto más fiera es dicha energía, más graves y más seguros son los errores”.
Su fanatismo que tanto me seducía fue la causa por la que me aparte de él. Yo lo ame tanto y gozaba de su presencia y de su audacia que ponía en juego toda la reputación y el esfuerzo de los anarquistas. Para Nechaev la revolución social, podía utilizar a su favor el engaño, el robo y el terror despiadado. Quizás me uso, pero no me importa. Escribí en su defensa con dolor, amargura y decepción “Algunos pretenden que él es sencillamente un estafador redomado – es una mentira – es un fanático con entrega pero al mismo tiempo un fanático muy peligroso y cuya alianza sólo podría ser funesta para todos”.
Sin embargo, ahora no puedo dejar de recordar con dulzura su antiguo amor. Nechaev, tigre mío, fui tu hembra y tu hombre, me despoje hasta de mis propias convicciones para amarte locamente.
Ojarin y Ayalita se besan en este punto, o así lo cuenta Ramirez y se lo imagina Lupe.

Para Ojarin, más allá del error, si es que hay error dice Ramirez que decía Ojarin, ya que el propio movimiento produce sus lineamientos y sus reglas y las condiciones de la derrota o la victoria y el de Netchaev era el mandato del terrorismo contra la terrible autocracia zarista y la venganza de Ayalita y Serguei se nutria del mismo mandato.

-Los que me acusan de farsante y criminal, de manipular a los camaradas para mi propio provecho no saben nada de mi. Yo presencie el intento de asesinato del zar Alejandro II en Karakozov en abril de 1866 y comprendí que allí había comenzado la causa del pueblo contra la tiranía.
Fue esa comprensión del momento que se iniciaba en mi país y en el mundo que fui en busca de Bakunin. Y fue en esa búsqueda que esperando encontrar un guía y un maestro, encontré un amante.
Cuando intentaba contactarlo sabia de su fama, de su participación en las insurrecciones proletarias de la Europa de 1848, en Dresde. Sabía que se había evadido de la helada Siberia donde los zares deportaban a los opositores y enemigos.
Algunos dirán que use mi influencia sobre él, que estaba completamente perdido por mí (y digo esto seguro de lo que digo) pero no es cierto. Yo también lo admiraba y recibí de él una colaboración leal y un trato apasionado y cariñoso, como nunca conocí en mi dura vida de revolucionario que vio pasar su tiempo entre cárceles, conspiraciones y exilios. Pero siempre debía discutir ante su continua vacilación por cada uno de mis actos.

-No puedes ser libre si te asustas de las consecuencias del camino decidido. Sino organizas un plan y una fuerza capaz de persistir cuando las masas retrocedan y de actuar para despertarlas. Sino te mezclas con el elemento criminal y aventurero que traza a cuchillazos los margenes de la sociedad. No te engañes, Mijail.

Y el me contestaba:-Tu organización es el principio de una dictadura que engullirá la revolución en la trampa del estado.

-No seas chapucero, Mijail.

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Lupe le cuenta a Ramirez que Nechaev grito a sus jueces: “Antes de tres años sus cabezas serán tronchadas en este mismo lugar por la primera guillotina rusa… ¡Abajo el zar! ¡Viva la libertad! ¡Viva el pueblo ruso libre!”. Que el zar pidió en persona que lo encerraran para toda la vida, que cumplía su condena en la terrible prisión de Pedro y Pablo, esa Bastilla del zarismo donde el mismo Bakunin estuvo detenido contrayendo escorbuto y perdiendo a consecuencia toda su dentadura.. Que abofeteo a un general en medio de una inspección en su celda. (¡Qué otra cosa podía esperarse de Netchaev! No es de los que se rinden. Dicen que sus carceleros lo admiraban mientras masticaban en secreto su propio odio al zar y la aristocracia. Le decía gesticulando Ojarin a su querido Ayalita, que seguía absorto esos ojos llenos de una letal combinación fuego y furia. Y que Ayalita le contestaba a Ojarin:
-sueño estos sueños y vivo esas vidas entre caricias como una dulce esperanza del amor y la anarquía.
Cuenta Ramirez con un tono sombrío en su rostro colorado de borrachera que Ojarin y Ayalita una noche prepararon una bomba casera. Que ellos excitados por la inminencia del plan que permitiera ejecutar a los verdugos de sus camaradas en un acto de justicia se pusieron a coger salvajemente.
Que el explosivo que estaba dentro de un mueble cedio por los bruscos movimientos de la cama dejando caer violentamente la bomba al piso. Que el estallido barrio la pequeña habitación despedazando los cuerpos desnudos de Ayala y Ojarin.
Que entre los restos de piel, los miembros y la sangre, apretados en los dedos de lo que fue la mano de Ayalita, se encontró una copia de la carta de Mijaíl Bakunin a su hermano Pablo.

El movimiento piquetero y las jornadas revolucionarias (LVO 455)


A partir de la rebelión popular de diciembre del 2001 el movimiento piquetero fue un emergente de la crisis y la movilización social, que destacó la llamada alianza del “piquete y la cacerola”, como representación de una fracción de los trabajadores desocupados. Si bien los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre tuvieron la impronta plebeya de la juventud y los desocupados en los saqueos del Gran Buenos Aires y en la batalla de Plaza de Mayo, el movimiento piquetero no se destacó por su participación organizada en los acontecimientos. La responsabilidad principal recae fundamentalmente en la Asamblea Nacional Piquetera encabezada por Luis D’Elía de la FTV y Juan Carlos Alderete de la CCC (el PO también integraba la dirección), que se negaron a movilizar en esos días.

 

Movimiento social urbano

 

El movimiento piquetero recibe su nombre de los levantamientos provinciales que desde mediados de los ’90 protagonizaron los trabajadores desocupados de Cutral-Co y Plaza Huincul (1996-97), General Mosconi y Tartagal (1997-1999-2000-2001) y Libertador General San Martín (1997) para nombrar a los más emblemáticos, y que enarbolaron la consigna de “trabajo para todos”. Utilizando el piquete, método extraído del arsenal histórico de la lucha de clases del proletariado, para el corte de ruta y el bloqueo de las petroleras, que impedía la circulación de mercancías, los desocupados ocuparon el centro de la escena política nacional como fuerza de resistencia al menemismo y luego a la Alianza. Teresa Rodríguez de Cutral-Co y Aníbal Verón de General Mosconi, caídos por las balas asesinas de las fuerzas represivas del Estado burgués, se convirtieron en los mártires de la clase obrera desocupada. En el caso de Mosconi la rebelión armada fue la respuesta a la represión estatal.

Sin embargo, la masificación del movimiento piquetero cobró impulso cuando gana las barriadas del Gran Buenos Aires durante la resistencia al gobierno de la Alianza -con los masivos cortes de la Ruta 3 en La Matanza durante los años 2000-2001- y luego de la caída de De la Rúa, cuando el gobierno de Eduardo Duhalde otorgó más de dos millones de planes sociales para amortiguar los efectos de la miseria y la crisis social. La masificación del movimiento significó un retroceso de la demanda original de trabajo para todos y se centró en el pedido de planes asistenciales y bolsas de comida. El 26 de junio de 2002 los esbirros de la Bonaerense enviados por el gobierno nacional y provincial -donde figuraban personajes como Felipe Solá, Carlos Soria y Aníbal Fernández- intentaron liquidar al movimiento piquetero asestándole un golpe criminal en Puente Pueyrredón donde cayeron asesinados en la estación de Avellaneda Maximiliano Kostequi y Darío Santillán. La respuesta de la movilización popular obligó a Duhalde al abandono anticipado del poder.

El movimiento piquetero evolucionó como una especie de “movimiento social urbano de un sector de la clase obrera desocupada, que se nutre esencialmente de trabajadoras del servicio doméstico y amas de casa de las barriadas populares, viejos trabajadores fabriles, ex obreros de la construcción, además de una generación de jóvenes que nunca accedió al mercado de trabajo y una pequeña franja de las poblaciones marginales de pobres urbanos. Su organización es esencialmente barrial y sus demandas van del empleo y los subsidios hasta reivindicaciones de índole comunal. En este sentido, los movimientos piqueteros se asemejan a los movimientos sociales reivindicativos de Latinoamérica”[1].

 

Piqueterismo

 

El movimiento piquetero luego de diciembre de 2001 estuvo dividido en dos grandes bloques. Uno conciliador encabezado por la FTV-CTA y la CCC y otro de oposición al gobierno nucleado, por un lado, en la ANT donde se encontraba el PO, Raúl Castells y el MTL del Partido Comunista, y por el otro, en los MTD’s. Más allá de que la ANT se diferenciaba del sector conciliador levantando un programa de confrontación con el gobierno, en la práctica las movilizaciones piqueteras se limitaban a enarbolar las consignas generales y pedir en concreto planes de empleo y bolsones de comida al igual que el sector de D’Elía y Alderete. Por otra parte, el vuelco de las corrientes políticas a la organización de los desocupados transformo al movimiento piquetero en una miríada de colaterales de las agrupaciones y partidos.

La quietud general de la clase obrera ocupada por el papel de las burocracias sindicales impidieron que el movimiento piquetero pudiera fortalecer la fuerza de clase mediante el frente único obrero y por el contrario dieron impulso a la idea de que se trataba de la constitución de un nuevo sujeto social superador del proletariado. Esta ideología fue pregonada centralmente por la CTA con su famoso lema de que “el barrio era la nueva fábrica” y que el sujeto eran los excluidos y retomada de diversas maneras por las distintas corrientes que actuaron en el movimiento.

Nos centraremos en dos de ellas. Los MTD’s que en consonancia con el pensamiento autonomista visualizaba en la organización de los desocupados una nueva forma de relación social solidaria que podía reemplazar a las relaciones capitalistas mediante iniciativas cooperativistas. La otra, la del Partido Obrero que, reconociendo a los desocupados como parte de la clase trabajadora, enarboló la idea de que el movimiento piquetero era el embrión de la dirección revolucionaria de la clase obrera argentina.

Para los autonomistas del movimiento piquetero, la lucha debía centrarse en aprovechar los recursos obtenidos del Estado para desarrollar cooperativas y otras formas de organización social que permitieran negar en la práctica cotidiana las relaciones capitalistas. Rehuían de esta manera del enfrentamiento político con el Estado burgués y sus partidos que a través de los punteros realizaban el reparto de los planes y condenaban al movimiento a construir una sociabilidad que partía de repartir la miseria y no de un programa y una política para expropiar a los expropiadores.

En el caso de PO su posición los llevó a formar junto al Partido Comunista el Bloque Piquetero Nacional y definir que este frente de tendencias más las que conformaban parte del activo de la ANT, entre ellos Raúl Castells, constituía, como dirección del movimiento piquetero “una guía histórica para la clase obrera de todo el mundo (…) una prueba de que en medio de la barbarie del capital el proletariado se planta como la alternativa socialista a la barbarie capitalista (…)”[2]. No es el objetivo de esta nota profundizar en las consecuencias estratégicas de este planteamiento, pero señalemos que resulta difícil ver que una alianza con partidarios de la conciliación de clases como el PC o Castells sea una alternativa socialista de dirección, es decir de independencia de clase y lucha revolucionaria contra el capital y su Estado. Poco tiempo después, en 2003, el PC cerró filas con el kirchnerismo y el dirigente del MIJD con el derechista Blumberg.

Lo cierto es que ni los desocupados constituyen una realidad distinta a la de la clase obrera, sino que son obreros sin trabajo, ni por ende un sujeto diferenciado llamado a sustituir a la clase trabajadora en la lucha contra el capital, ni portadores en la miseria de nuevas relaciones sociales. Lo que mostró la rebelión popular de 2001 es que la fuerza y organización de los desocupados escindida de la de los trabajadores de la industria y los servicios -por responsabilidad central de la burocracia sindical y el terror producido por la desocupación- se vio limitada a pedir planes y ayuda estatal -en gran medida por responsabilidad de las direcciones piqueteras- sin destacar, salvo esporádicamente como en la defensa de Brukman y Zanon, tendencias reales a conformar el frente único obrero con los trabajadores ocupados. La alternativa a la barbarie capitalista que desplegaba la ANT y el Bloque Piquetero se negó constantemente a unificar las filas de los desocupados y los ocupados, como planteaban y practicaban los ceramistas neuquinos en la Coordinadora del Alto Valle, no sólo eso sino que además en las distintas ANT se opusieron a plantear, tal como sosteníamos desde el PTS, la consigna de preparar la huelga general con cortes de rutas, ocupaciones de empresas y movilización general sobre el poder político como forma de superar los límites del movimiento de diciembre y unificar a la clase obrera y el pueblo pobre en una gran acción en común, limitándose a agitar la unidad del piquete y cacerola.

Desde el PTS, junto a los compañeros de Zanon dimos la pelea por unificar las filas de los desocupados en un movimiento común con libertad de tendencias, de todas las corrientes antigubernamentales, para disputar la base masiva de la CCC y la FTV y enfrentar las trampas de la cooptación y el asistencialismo que era el papel al que lo reducía la política estatal y la orientación que lamentablemente sostenían sus direcciones.

El balance de los movimientos de lucha de 2001 y 2002 son a la luz de los acontecimientos presentes un gran capital político para preparar a las nuevas generaciones de militantes obreros y populares.


[1] Ruth Werner; Facundo Aguirre; Movimiento piquetero entre la lucha de clases y la institucionalización. Estrategia Internacional Nº 21.

[2] Prensa Obrera Nº 766, Discurso de Jorge Altamira en el Acto del microestadio de Ferro (8/8/2002).